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miércoles, 11 de abril de 2012

Una serie de fuertes terremotos devuelven al sureste asiático las escenas de pánico de 2004

Día 11/04/2012 - 16.39h
El sureste asiático ha revivido hoy las escenas de pánico que se vivieron en diciembre de 2004. Toda el área del Océano Índico fue puesta en alerta esta mañana ante un posible tsunami tras el fuerte terremoto registrado este miércoles en la costa noroeste de la isla indonesia de Sumatra, donde en 2004 un temblor de intensidad similar, seguido de un devastador tsunami, causó 229.866 muertos en 12 países. Cuando parecía que la amenaza de ese primer gran terremoto había sido superada, varias réplicas de magnitudes superiores a 8 en la escala de Richter volvieron a provocar nerviosismo y tuvieron a las autoridades vigilantes.
Tras una primera alerta por un posible «tsunami destructivo» en «todo el Océano Índico» a raíz del primer terremoto, el centro de alerta de tsunamis del Pacífico volvió a emitir un segundo aviso a mediodía tras informar la agencia geofísica de Indonesia de varias réplicas al terremoto de magnitud 8,9 en la escala de Richter registrado pasadas las diez y media de la mañana frente a las costas de Aceh. El observatorio geológico de Estados Unidos (USGS) rebajó posteriormente la intensidad de ese primer seísmo a 8,6, con epicentro situado a unos 500 kilómetros al suroeste de Banda Aceh y a unos 30 kilómetros de profundidad.
A una segunda sacudida de magnitud 6,5, siguieron al menos otras dos de magnitud superior a ocho: 8,1 y 8,3, según Yakarta. Esta última -registrada a las 12.43, hora española, y de intensidad 8,2, según el USGS- motivó la decisión de Indonesia de prolongar dos horas la alerta cuando parecía que el riesgo de tsunami había desaparecido. A continuación, debido al calibre de los nuevos seísmos, el centro de alerta del Pacífico emitió un segundo aviso.

Evaluación de daños

Pasadas las tres de la tarde, el citado centro, con sede en Hawai, lenvató las alarmas: «Los niveles del mar indican que la amenaza ha disminuido o ha desaparecido en la mayoría de las áreas», explicó. Y poco antes de las cuatro de la tarde, la mayoría de los paíse de la zona potencialmente afectada ya habían suspendido las alertas de tsunami: «Afortunadamente, el peligro ha pasado», explicó un responsable del centro indio de alertas, que preveía olas de hasta cuatro metros. Precisamente el Gobierno indio había evacuado a miles de personas, según la policía. Tailandia y Sri Lanka habían tomado antes la misma decisión.
Una serie de fuertes terremotos devuelven al sureste asiático las escenas de pánico de 2004

Cientos de personas huyen de la costa en la isla de Sumatra
Las autoridades indonesias comenzaban a evaluar, a primera hora de la tarde, los daños causados por la cadena de terremotos. El «tsunami» que afectó a las costas de Sumatra no alcanzó más que un metro de altura, pero los responsables gubernamentales temían que los peores efectos, tanto de los seísmos como del aumento del nivel del mar, se hubiesen producido en la isla de Simeulue, donde testigos citados por Reuters aseguraron que habían visto cómo las aguas retrocedían unos diez metros tras las fuertas sacudidas.
El centro de alertas del Pacífico había indicado que no parecía haberse producido un desplazamiento horizontal en la base del Océano, lo que aumentaría el riesgo de tsunami. «Se trata de dos bloques que ha entrado en fricción», precisó una especialista del Centro Geológico Británico, que calificó de «débil» el riesto de tsunami. Consultada por Afp, la sismóloga reiteró que el choque de plazas, al haberse producido de forma vertical y no horizontal, limitaba mucho el riesgo de que originasen olas gigantes.

Riesgo limitado

No obstante, partes de Indonesia -y en concreto de la isla de Sumatra- siguen en riesgo por los posibles efectos de los fuertes temblores y del aumento del oleaje. «Lo único que hemos detectado hasta ahora es una elevación de en torno a un metro», explicó un geofísico del centro de alerta de tsunamis del Pacífico, que añadió que «el peligro de tsunami se limita a las zonas costeras más próximas al epicentro del terremoto», es decir, a la provincia indonesia de Aceh y al noroeste de Sumatra.
«No hay amenaza de tsunami», había anunciado poco después de la primera sacudida el presidente indonesio, que añadió que la alerta se mantenía y que no había hasta ese momento información sobre posibles víctimas o daños materiales. En una rueda de prensa junto al primer ministro británico, David Cameron, Susilo Bambang Yudhoyono aseguró que la «situación en Aceh está bajo control, hay cierto pánico pero la gente puede desplazarse a las zonas elevadas». El mandatario añadió que varios equipos de rescate se habián desplazado a la citada provincia indonesia.
Una serie de fuertes terremotos devuelven al sureste asiático las escenas de pánico de 2004

Turistas extranjeros y habitantes locales se ponen a salvo en una azotea
Lo cierto es que el primer terremoto -cuyo epicentro se situó lo suficientemente lejos de la costa como para no causar destrozos importantes- sí provocó una ligera elevación del nivel del mar, de unos 17 centímetros, en dirección a la citada provincia de Aceh. «No parece que se vaya a producir un gran tsunami», explicó a Reuters Víctor Sardina, geofísico del centro de alerta de tsunamis del Pacífico, que añadió que el instituto, con base en Hawai, había registrado olas de una altura total de 35 centímetros tras el seísmo.
En Tailandia el efecto del temblor en el oleaje fue similar. Las autoridades rechazaron, en principio, levantar la alerta, pese a que únicamente se habían registrado olas de diez centímetros en una de las islas al oeste del país. «No podemos relajarnos», explicó por televisión el director del Centro de Gestión de Catástrofes.

Pánico

El seísmo provocó un importante apagón en Indonesia y el temor de la población a una posible ola gigante hizo que se originasen enormes atascos de camino a las zonas más elevadas. «Se oyen sirenas por todas partes y desde las mezquitas se recitan versos del Corán», explicó un portavoz de la agencia indonesia para la mitigación de desastres citado por Reuters.
El fuerte terremoto se llegó a sentir en la capital tailandesa, Bangkok, y en el sur de la India, donde cientos de trabajadores de la ciudad de Bangalore abandonaron los edificios tras la sacudida, según la agencia Reuters. Escenas de pánico se vivieron también en la región indonesia de Aceh, donde la población salió apresurada de sus casas buscando refugio, añade Reuters.
Las autoridades tailandesas alertaron por el posible tsunami a las provincias meridionales de Phuket y Phang Na y pidieron a los habitantes de la costa del Mar de Andaman que se alejasen de la costa y se dirigiesen a zonas elevadas, «lo más lejos posible del mar». India también puso en aviso a las islas Andaman y a la costa oriental del país. Posteriormente, el Gobierno indio extendió el aviso a los Estados de Orissa (este) y Kerala (sur). Sri Lanka también emitió una alerta de tsunami y pidió a la población que se desplaze hacia el interior de la isla.
Horas más tarde, tras las fuertes réplicas al primer terremoto, otros territorios movilizaron los recursos necesarios para hacer frente a un posible tsunami. Tal fue el caso de Kenia, Tanzania o la isla francesa de Reunión, que preveía la llegada de las olas provocadas por el seísmo para entre las cinco y las seis de la tarde en España.

«Impacto relativo»

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